Sono liberi

 HEAR ME

Gira la cabeza para observar el mundo a través de su ventana. Es entonces cuando comienza a pensar, a recordar todo lo ocurrido en su vida. Todo lo bonito y todo lo malo, pero curiosamente lo bonito le arrebata el sentido por un momento, le hace el corazón palpitar con mucha más fuerza de la que palpitaba antes, siente un ahogo en el pecho, una presión que le indica que nada se repite en la vida 2 veces, que no hay dos oportunidades, que lo jugado con sus padres ya está jugado, que lo llorado por heridas en las rodillas de jugar en el recreo ya está llorado y las heridas sanadas, que los vestiditos ya han estado puestos y usados y ya no se podrán usar más, no cabrá en esos conjuntinos tan monos en tamaño miniatura, incluso no volverá a pensar igual porque la mente crece, el subconciente cambia, madura, y todo lo que no nos parecía lógico ahora sí que lo es, lo que antes veíamos complicado ya no tanto, lo que veíamos lejos, ahora más cerca, y lo que creíamos que nunca íbamos a perder lo perdimos.
Entonces se agarró el pecho, y continuó, continuó al ver los árboles moverse del aire, y al sentir el calor de la calefación por los pies y recordar el invierno pasado, en la navidad. En la pasada y en la que le espera, en la que no sabe como va a ser, porque como ya dijo, nada se repite, todo es nuevo, todo es diferente, y ningún día será igual que otro, ni cada segundo ni munuto, por mucho que crea que si.
Todo sucede, nada permanece igual, y es absurdo nadar contracorriente.