Buenos días princesa

Y aunque sueñes, sueñes y vuelvas a soñar noche tras noche con lo mismo, con ello, con lo que al despertar te queda un sabor amargo, un sabor que está entre un adiós y un buenos días, siempre te queda el futuro, siempre queda el mañana, o mejor, el hoy. Sueños que juegan, que enamoran e incluso hay veces que matan. Sueños dulces que quedan un buen sabor al abrir los ojos esa nueva mañana, sin importar el tiempo ni el lugar, porque el tiempo pasado soñando ha sido perfecto, emocionante, inacabable, irrepetible, y que empuja a subir, a abrir las cortinas, a tomar el aire y cerciorarse de que quedan muchos más sueños, millones de caricias, de risas, de lágrimas de alegría. Pero sobre todo, quedan millones de "Buenos días princesa". 

Cuando una puerta se cierra otra se abre.

Brisilla del viento, movimiento que mueve las dudas, desordena las ideas y desconcierto a la vez que estabiliza la conciencia. Sentimiento de desorden, inquietud, desánimo mezclado con un poco de aburrimiento hacen que el ambiente se vuelva diferente al corriente, que todo parezca diferente, que nada sea igual. La luna comienza a brillar, la noche se anuncia bajo una leve bajada de temperaturas que se agradece y el momento de ver las estrellas comienza a llegar. El orden adquiere presencia en el exterior, alrededor, mostrando la ausencia de éste en el interior, donde las ideas vuelan, chocan, paran y vuelven a ponerse en movimiento. Donde la cabeza lucha por no errar, donde se intenta valorar las cosas con el verdadero valor que poseen. 

Verdad o mentira. Presente, pasado o futuro. Error o acierto. Hacia alante o hacia atrás. 
No importa.

Es posible pensar en algunas ocasiones: "que injusta es la vida". Y es entonces cuando tienes que levantar la cabeza, ver el sol que asoma por la ventana, sentir el calor de éste, y observar que la puerta de tu habitación se encuentra cerrada pero que tiene un manillar el cual lo puedes utilizar y abrirla; puedes salir de allí, puedes cambiar, estar mejor. Existe la posibilidad de mejorar, de sentirte mejor, de hacer menos injusta la vida. Puedes elegir qué hacer, existe el riesgo del error, pero si no se intenta quedará la duda de si podría haber sido así o no. 

Es mejor intentar andar con el riesgo de tropezar que quedarse en el sitio para no caer.

"A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante"

                                                                                                        Oscar Wilde

Tardes negras

Aunque la cabeza esté fría, aunque el corazón haga por no sentir,siempre hay momentos en los cuales algo sale. En los que el ambiente se reblandece, las paredes caen, y la canción acompaña a cada sentimiento de dolor. Cada ritmo parece ser una punzada. El amor; sabor dulce que deja un recuerdo agrio y amargo a la vez. Éste regala un dulce sabor, un dulce aroma, una dulce sonrisa y un dulce amanecer. Pero eso lo cobra con cada lágrima derramada en el silencio de la soledad, del perdón, del adiós.  Tardes negras en las que no hay tiempo, ni espacio.

Lo realmente importante en esta vida es aprender a valorar las cosas con el valor que realmente tienen.

"Amor"

El amor es una palabra que utilizamos para nombrar aquel sentimiento del cual no conocemos ni la mitad. Aquel que solo ocupa un pequeño hueco en el tiempo y en nuestras cabezas. Solo es valorado y conocido en el momento de decir adiós, ese es el comienzo del amor verdadero, acurrucado en olvido y soledad. Es eso que hace encoger algo dentro y que dificulta la respiración, el que resta horas de sueño y nubla los pensamientos con recuerdos irrepetibles y húmedos por las lágrimas derramadas por la ausencia. Dura ausencia comparada con la abundancia de momentos vividos, los cuales transcurren en cualquier lugar y  momento,dentro de la cabeza y el corazón.