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viernes, 31 de diciembre de 2010

Puedo ver el arcoiris

Intente sobrevivir cuando parecía imposible, levante mi cabeza de la almohada cuando pensaba que si lo hacia el techo caería sobre mi cuerpo y me haría pedazos. Cuando pensé que las paredes se derrumbaban sobre mi cabeza seguí dando portazos con las puertas y ellas sorprendentemente seguían allí. Las desafiaba bajo un cumulo de sentimientos que me abrumaban ,y la cabeza no tenia espacio para pensar en otra cosa o persona que no fuese yo, yo y yo y mi dura vida tan sola.
Los días pasaban y yo seguía allí, parada en el cuarto con el corazón muerto de pena y la cabeza en unos meses antes donde todo era perfecto, donde tenia por quien sonreír todos las mañanas al levantarme.
Entonces era la mas ingenua del mundo al seguir mirando mi móvil pensando en que una llamada tendría o un simple mensaje de un te quiero. Pero me volví a equivocar y la ingenuidad se hizo persona conmigo. Me preguntaba si las lágrimas se llegarían a secar y no salir mas o estaría así toda mi vida, entonces solo pensaba en volver a entonces, no creía que hubiera un mundo después de ello. Las paredes del cuarto me miraban a todas horas y sentían lastima por mi, mi cama estaba cansada de sentirme encima suya las 24 horas del día sin moverme, y mi corazón se manifestaba con los latidos que acompasaban mis sollozos profundos e imparables que con el tiempo paso a formar parte de mi respiración. Las manos se sentían vacías, y el pecho estaba encogido de miedo y se decía que como todo iba a acabar. El mundo que me rodeaba paso a ser un segundo plano bajo mi cabeza la cual estaba sumisa bajo el corazón, el cual mandaba entonces sobre todo mi cuerpo.
El sol todas las mañanas salia y me daba los buenos días y no perdía la esperanza ninguna mañana en que en una de ellas solevantaría y vería las cosas de otra manera, y que poco a poco el corazón sanaría, o sino yo misma lo envolvería con una venda y lo mantendría junto el mayor tiempo posible. Esa mañana llego y la distracción formo parte de mi, el cual dejaba mi mente ocupada con cualquier cosa que no fuera el como se encontraba mi corazón, en si ya había sanado y si esto seguiría así mucho tiempo.
Intente pasar el verano caluroso con una sonrisa la cual intentaba que no se desvaneciera ni un solo instante al escuchar una canción, o al leer cualquier recuerdo. Por el entonces mi mente aprendió a prohibirme cosas para hacerme sentir mejor, y no tener que recaer cada dos por tres.
Se como se siente el cuerpo cuando esta agotado de tanto esfuerzo para seguir adelante.
Conozco a la perfección los latidos de mi corazón divido a las tardes dedicadas a escucharlo con dedicación para cerciorarme de que aun seguía ahí y que no había muerto aun.
Me supe engañar a la perfección llegándome a decepcionar de mi misma, y conozco todos los errores cometidos este año. Estoy orgullosa de mi gran esfuerzo, de mis pasos, de cada abrazo dado porque todos han sido con cariño, por cada perdón, porque se que los pedí con el corazón, y por cada adios…porque la vida tiene sus partes y una de ellas ya termino. Porque ahora se valorar el sol que entra todas las mañanas por la ventada de mi cuarto, y porque ahora valoro mas un te quiero , como nunca había valorado.
Cada carcajada me quita esa angustia del vació el cual se va superando con el tiempo, y el eco de mis pensamientos en mi corazón se va haciendo menor, y ya no me preocupo en si el corazón sigue adelante, porque se que nunca me abandonara. 
Y el cariño que se me robó lo voy recibiendo poco a poco, con otros abrazos los cuales me hacen sentir bien, los cuales hacen que la benda de mi corazón no tenga que sujetarlo, porque se puede mantener solo. Y el que me hace pensar que las paredes aún no se han derrumbado, ni con portazos, ni con llantos, ni pesimismo, siguen ahí, y seguirán mucho tiempo, aunque piense a veces lo contrario. Mi concepto de felicidad ya no está sujeto al pasado, sino que a pasado a ser el presente. Y aunque mi pesimismo me ahogue en un vaso, se que tendré ese abrazo que me sirve de salvavidas, y con su optimismo podre ver que el vaso en el que creía ahogarme se trataba de un charco que secará a la mañana siguiente, al salir el sol. 

viernes, 24 de diciembre de 2010

Navidad

La Navidad, una tenue luz en el fondo de un año lleno de momentos inolvidables, algunos buenos y otros no tanto. En ella todos despiertan su lado más profundo, dejamos ver nuestro ser más interno que se esconde en el cálido verano, y que está lleno de sentimientos, sensaciones, y recuerdos pasados.
El temor a la Navidad es un simil de temer mostrarnos, de mostrar nuestras debilidades ante una situación pasada que ya no se da, a la que nos aferramos en estos días para darle sentido a este tiempo.
El revivir momentos nos lleva a sentir en nuestras carnes un sudor frío que nos recorre el cuerpo y nos lleva a recordar años pasados, años que son imposibles recuperar, que el tiempo cruel nos robó. El recuerdo es nuestro recurso para poder saber lo feliz que podemos llegar a ser, pero solo los cobardes temen el sentir esa felicidad y el no afrontar que puede volver a visitarnos y hacernos felices.
Dulce Navidad, un recuerdo más que quedará escrito en nuestra bella memoria, según el cual, lloraremos mañana o reiremos de alegría.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Run away

Sentir la necesidad de huir. Sentir que necesitamos ir a un lugar lejano y diferente, donde nos podamos encontrar a nosotros mismos, donde podamos tener el silencio suficiente y la calma necesaria para poder escuchar nuestros propios latidos del corazón y entonces sentirnos vivos. Sentir que la rutina no nos quita la vida; no dejamos de ser persona aunque lo parezca, aunque sintamos que ésta se apodera de nosotros y nos maneja cada segundo. 
Ir a un lugar donde podamos escuchar el ruido de las olas, y que al cerrar los ojos podamos sentir la brisa del mar sobre nuestro cuerpo, la cual agite nuestros pelos y los dejen jugar con el viento imitando el movimiento de las olas que se describen en la superficie del mar. Sentir como se hunde la arena dejando marcadas nuestras huellas, aquellas que serán borradas por el mar unos minutos después. 
También huir a un lugar arropado de ambiente, de gente la cual nos hace sentir abrazados y nos dan calor en estos días de frío y heladas. Donde nos sentimos sin rumbo entre la multitud, donde nadie se molesta de observarnos, donde nadie se preocupa de hacia donde vamos ni cual es el por qué de nuestro destino. 
La necesidad de sentirnos libres nos llega de vez en cuando, cuando nos creemos dueños de nosotros mismos y nos vemos motivados a liberarnos de esa rutina que nos traiciona, la cual no nos deja ver lo bonito de cada día, la tranquilidad que tenemos algunas horas y el extrés tan estúpido que nos aparecen en otra tantas. 
Sentir que la vida no nos llena nos colma de inseguridades y negatividad que nos arrastra a la debilidad donde todo parece ser más fácil ya que todo se basa en la ley del mínimo esfuerzo.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Mistake

Sus lágrimas se despidieron de ella bajo un adiós forzado por la circunstancia, por el frío del invierno, por el calor del suelo de la habitación sobre el cual se recostaba para sentir la calidez del hogar, de su lugar. Tras el cristal de la ventana de su cuarto vuelve a ver como el cielo llora, como desahoga sus penas sobre el mundo que se encuentra bajo él. Pero esta vez no es igual que las anteriores, esta vez ella no llora junto al cielo, esta vez el cielo no se conmueve por su situación, porque parece ser que las lágrimas un día le dijeron adiós, le dieron la espalda y dejaron todo el recuerdo y la soledad bajo una capa que parece no encontrar ya. 
El aire frío entra por su piel y una sensación de recuerdo le llena mientras que suspira para aliviar al presente del cual el pasado se intenta apoderar. Y en un susurro se dice que lo difícil ya termina, ya acaba, ya no hay lágrimas, no hay llantos, no hay más lluvia que se conmueva con sus sentimientos, porque aunque el sol aparece todos los días, tiene días en los que le dificultan el salir las nubes, las cuales entorpecen el camino de sus rayos.
La debilidad es cada vez más frecuente con el tiempo, pero solo a veces, cuando el sol se esconde y las nubes te intentan hacer derramar las lágrimas que terminarán ahogándose en un vaso.
La estupidez nos corona a todos con sus efectos de locura.

martes, 14 de diciembre de 2010

no more pain

El dolor desgraciadamente aparece cuando pensamos que la felicidad se ha esfumado, cuando creemos que al igual que vino y nos llenó de buenos momentos, se ha marchado dejando un hueco en el tiempo para que el dolor pueda vivir durante unos días, durante un periodo de tiempo en el cual no nos encontramos bien, en el que todo es feo y malo. Parece que lo bonito ha desaparecido y nos hemos quedado con lo negro de la vida, y como si el dolor nos estuviese dando la mano para entrar en ese agujero tan negro del que parece difícil salir, en el que parece imposible sobrevivir.
Para otras personas el dolor es un sentimiento que tiene que existir, ya que una lágrima nos ayuda a valorar una sonrisa. El dolor nos deja conocer lo valioso que es la vida, nos ayuda a fijarnos en los pequeños momentos en los que sentimos alivio, y ese simple alivio proporciona felicidad, por lo que el dolor es lo que da paso a ésta. Si todo fuese bonito y bueno, no sabríamos valorarlo, como mucha de las tantas cosas que tenemos y no valoramos, por la costumbre, ese hábito que nos ciega, que nos pone una benda con la que vemos todo negro y todo igual, nada con valor, nada sobrenormal.
Muchas de las veces cometemos el error de relacionar el concepto "dolor" con el "sufrimiento", y tienen vertientes distintas. En alguna que otra ocasión pueden estar presente los dos, lo cual no se recomienda, pero no es lo mismo, y no tienen por qué ir agarrados de la mano. El dolor es inevitable, cuando hay algo que no ocurre como quisiésemos o algo que nos desconcierta provoca un leve dolor, y éste puede tener muchos niveles de intensidad, dependiendo de las causas que lo provoquen o la persona en la que se encuentre. En cambio, a difernecia del dolor, el sufrimiento es opcional. El sufrimiento aparece cuando le dejamos actuar, cuando nos hacemos débiles ante  una causa, como si dejásemos una casa sin techo, al descubierto en una lluvia torrencial. Podemos tapar ese techo de la manera que sea, y dejar que la casa se moje por dentro lo menos posible.
Para otras personas la vida es solo dolor, y que los trocitos o momentos de felicidad son faltas de dolor que lo único que hacen son engañarnos y hacernos ilusiones de un mundo que no existe, de una vida imposible de realizar, y no tiene ningún punto de comparación con la realidad; con las complicaciones. Pero esta manera de pensar no lleva a una felicidad, está culmada de un pesimismo radical, el cual no deja mirar más allá de la cabezonería. Hay que tener siempre esperanzas, hay que intentar buscarle el revés al dolor, para esquivarlo, aunque solo pueda ser un momento tan corto como un suspiro, pero siemrpe se agradece.
Siempre después de llover, vuelve a salir el sol.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Querido Olvido

Querido olvido,
Te tengo presente en los 7 días de la semana, en las 4 de cada mes, en cada mes de los 12 del año, en cada año de mi vida. 
Eres tan incondicional...me acompañas hasta el fin del mundo. Tú haces que los días parezcan más largos, haces que la cabeza se sitúe sobre mis hombros, que mis lágrimas se solidifiquen y así no puedan salir de mi, que mi piel no sienta el roce de cada lágrima, de cada expresión del dolor que el corazón emite.  Tú y solo tú hace que cada día mire hacia delante e ignorar las cosquillas que me hace el pasado sobre mi espalda. Contigo aprendo a que las paredes no se han derrumbado aún, que todo lo que viene, va, y lo que va viene. 
Tengo cada vez más claro gracias a ti que cada uno somos dueños de nosotros, aunque también puedo decir que los sentimientos nos dominan y nos hacen enloquecer. 
A veces parecemos ingenuos, pero eso es necesario en el día a día, hay que saber ser ingenuo y proseguir con ello. 
Tú has logrado convencerme de que en la vida nadie es indispensable. Que todo lo que tenemos un día puede ser que al día siguiente desaparezca, o que un día no tengamos nada y un poco después tenemos todo.
Cada vez pongo más en duda si la felicidad plena y absoluta es posible que exista, si es justa en esta vida en la que no todos tienen lo que se merecen. Bella felicidad, difícil felicidad...quién no la desee no es persona.
Olvido, gracias por venir, te llamé hace unos meses y me has acompañado en todo momento. Has hecho que las lágrimas derramadas tengan el mayor sentido posible, que lo vivido sea una virtud de la que alegrarse y no para entristecer aún  más. No pido aún que te marches, no pido que sigas toda la vida conmigo, ya que tú y yo sabemos que un día te diré adiós, pero el cual no será un "hasta nunca", sino un "nos volveremos a ver".
Nunca sentí el olvido tan cerca, no pensé jamás que tendría que pedirle ayuda.
La fuerza aparece y te acompaña Olvido para hacerme cada día más feliz.
Ya nos veremos

sábado, 4 de diciembre de 2010

Un nuevo despertar

Y la vida te vuelve a enseñar los rayos del sol, esos que te dejan ciega en cuanto los miras directamente. Los cuales dejas que en verano penetren tu piel, los que iluminan tu habitación todas las mañanas cuando sientes que no quieres despertarte, que no tiene sentido seguir, pero aún así el sol te intenta animar con sus rayos de energía que te llaman cruzando la ventada del cuarto. Es como si te susurraran que hay un mundo ahí afuera que te está esperando, que hay un día maravilloso y sería estúpido desperdiciarlo. 
Un nuevo amanecer junto a una nueva sonrisa.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Un simple caminar

Tiene los ojos cerrados. Todos los sentidos comienzan a desarrollarse solos, con las manos roza la fría arena del mes de Diciembre. La suave y fina arena se le escapa entre los dedos y a la vez roza su piel mientras que sus manos se quedan enterradas entre ésta.
Los sonidos se van percibiendo con más nitidez, cada vez es más fácil escuchar las olas del mar romper sobre la orilla en la cual quedan desahogadas todas sus olas de tormentas. Una orilla en la que termina la tormenta y la calma lo cubre todo. Puede oir como entre las rocas las olas se golpean dejándose atontadas. Pero eso no impide que se vuelvan a formar otras, e incluso olas mucho más grandes capaces de tragarse la roca y no ser golpeada.
Su pelo siente la brisa del aire la cual le hace cosquillas en la cara, la cual le deja un aspecto despeinado. 
Su sonrisa aparece sin más, su rostro muestra tranquilidad. Puede sonreir, debe hacerlo, acaba de descubrir que la felicidad está allá donde mire. Es bastante complicado encontrarla, pero eso no quita que sea posible. 
Entonces apoyándose sobre sus brazos y piernas se pone en pie, mientras que se le hunden los zapatos sobre la arena intenta caminar con paso ligero, un paso con el que llegará a todos los momentos de la vida, un paso que a veces querrá aligerar más y otras veces querrá hacerlo más lento. Sigue un camino, un camino acompañado de muchas alegrías y tristezas, pero vale la pena ver caer una lágrima de vez en cuando si después de ésta vamos a ver miles de sonrisas.