La vida te presenta varias situaciones, y al cabo del tiempo, antes o después te sentirás defraudado con ella. Sentirás desilusión, porque algo que siempre habías soñado, realmente es totalmente imposible. Todas las cosas que pasan en la vida tienen su explicación, tienen un por qué, y pocas personas saben responderse.
El problema que tenemos es que cuando una puerta se nos cierra nos aferramos a ella, no la dejamos de mirar y de recordar lo pasado tras ella, entonces ignoramos que tenemos muchas más puertas abiertas detrás, a nuestras espaldas, y han estado ahí todo el tiempo, pero las hemos ignorado.
Nunca debemos comparar nuestra situación con otras mejores,sino al contrario, siempre todo puede ir peor, jamás se puede ser la más desdichada del mundo, ya que tendemos a creer que lo más importante es lo que no tenemos, e ignoramos la importancia de lo que sí tenemos y otras personas no.
La vida es complicada, pero tiene algo especial, algo que desconocemos, pero que no por eso debemos ignorar, sino siempre buscar la respuesta de lo que ocurre, alguien no pierde algo porque se lo haya arrebatado alguien, sino porque eso tenía que ocurrir, porque ese algo marca en la persona, porque esa persona tenía que aprender de eso, tenía que irse haciendo más fuerte con el tiempo, para poder seguir adelante.
Esto no quiere decir que nada en la vida va a ser bueno para siempre, no, quiere decir que hay que saber valorar el presente, cuando haya dolor, hay que sufrirlo, porque si lo que hacemos es intentar apartarlo, lo taparemos durante un tiempo y jamás se irá, siempre estará ahí, y en cualquier momento saldrá fuera, y recaeremos.
Hay que aprender a valorar las cosas bonitas que nos ha pasado, porque hay muchas personas que miran hacia atrás y no tienen recuerdos bonitos de los que alegrarse...Por eso aunque cueste hay que saber mirar hacia atrás y sonreir, al principio costará, pero con el tiempo el corazón sana, y podrá volver a amar, y será amado de nuevo.
Nada puede ser perfecto, pero si se puede acercar.
Ahora lo mayor que tengo a parte de mi familia son mis amigas, son mi felicidad diaria, las que me sacan una sonrisa, las que veo 5 horas diarias y los fines de semana muchas más. A las que puedo agradecer el volver a sonreir cada día como antes había hecho. En ellas tengo un abrazo asegurado cuando más lo necesito, en ellas tengo un hombro en el que dejar las lágrimas que no volverán a caer, en ellas tengo las palabras que necesito oir cuando me desilusiono con el mundo, cuando creo que ya nada me hará ilusión. Ahora intento no imaginar como irán las cosas, solo quiero vivir el presente, y lo único que me puedo asegurar es que si lo vivo bien, el futuro será bueno.
He llegado en una de mis muchas horas que dedico a razonar que de lo único que sigo enamorada es de lo vivido, de un momento, de un tiempo, pero no de alguien. No quiero a una persona, sino a un recuerdo, a un momento que pasó y no volverá a pasar. Si me dieran la oportunidad de volver hacia atrás, de volver a abrir la puerta, no volvería porque entonces estaría viviendo el pasado y no el presente y eso no lleva a nada, es más, no hay futuro si no hay presente. Entonces ahí todo perdería el sentido, y peor aún, lo perdería yo.
Así que miro con atención las puertas abiertas, me asomo y poquito a poco voy pasando por ellas, probando, y ya no temo el sufrir, porque veo que es algo que ocurrirá incluso en las cosas más bonitas que me pasen, siempre tendrá algo malo depués. Pero gracias a lo pasado, tengo una experiencia más, que muchas personas no llegan a tener hasta que tiene bastantes años más que yo.
Así que, no hay que temer mirar hacia adelante, ni hacia atrás, ya que sonreirle al pasado es manera de demostrar que lo ocurrido ha servido para mejorarnos.
Por lo tanto disfruta mientras que se pueda, llora cuando quieras, rie cuando te sientas feliz, e inténtalo por lo menos cuando no lo estés. Sonríele al mundo y demuéstrale de lo que eres capaz, y se te recompensará.
GRACIAS
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