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lunes, 18 de abril de 2011

Saluda al pasado

No importa el día, la hora, el tiempo que hace fuera; si llueve, hace sol o truena de una forma increible, no importa si está a punto de dormir, o de levantar, si está sentada o de pie...no importa absolutamente nada, nada influye, ella está allí, ocupando un hueco en el tiempo, y el cual es ocupado en pensar en recordar en comenzar a querer algo nuevo, algo del presente, lo cual ya parecía imposible. La esperanza, la paciencia trae sus frutos. Aún recuerda las últimas lágrimas derramadas de dolor, y se mira ahora, y ve que algo hay dentro, que hay algo que le hace sonreir, pero a la vez entristece el alma. Otra vez vuelve a aflorar esa sensación de dependencia, esa necesidad de no encontrarse sola, en el pensar ¿si no se tiene qué sería? Parecía imposible decir adiós a la tormenta, es más, creía que nunca iba a salir el sol, y aunque de vez en cuando se veía alguna mañana un rayo de sol, siempre volvía a esonderse, pero ahora es realmente cuando puede ver el sol sin miedo a que desaparezca tras una nube. 
Sabe que puede mirar el pasado, sabe que aunque rebusque en su interior, no va a encontrar más amor , solo cenizas y el recuerdo del olvido. 
Hoy saluda al pasado con la mano, mientras con la otra sujeta al presente.

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