Cuando uno cree que jamás se equivocaría de ese modo, es cuando comienza la cuenta atrás hasta llegar al error. Esa cuenta atrás que durará unos segundos, días o incluso años...pero no se es consciente de la ignorancia la cual ciega sin piedad sus ojos y lo introduce en el mundo de la inquietud, de la insegura seguridad...
Hoy estás aquí, mañana estarás ahí y ayer estuviste allí...Allí donde parece no haber estado, de donde parece haber huido junto con encojimiento de pecho que actuaba como una corriente que se oponía a tus pasos, a tus ánimos de buscar una nueva fuente de felicidad o de descubrir la que ya se posee.
La ignorancia no se culpa, se hañora cuando se pierde y a la vez se maldice el tenerla. Indecisiones que nos contradicen, sentimientos que nos vuelven a confundir.